top of page
Consumo, luego existo

 

 

Excusas del mundo capitalista. La brecha entre ricos y pobres cada vez es más amplia. Leyes biológicas, sociedades aisladas, protagonistas y antagonistas de una división ideológica.

 

 

    Nacer, crecer, desarrollarse y morir. Esa es la cadena que según la biología debe darse en la vida de todas las personas. El mundo de hoy, tiene 7 mil millones de habitantes. No todos cumplen este ciclo. Dependerá de dónde y cuando hayamos nacido.

   

     Nacer: símbolo de esperanza (al menos en Occidente); por naturaleza divina -se cree- es porque todos y cada uno de nosotros, tiene una misión. No tenemos noción de qué nos deparará el destino y, sin embargo, aquí estamos.

   

     Crecer: desarrollarnos, tanto física como intelectualmente. Lo hacemos en el ámbito de una sociedad que nos marcará las pautas para desenvolvernos en ella. El concepto es amplio. No es el solo hecho de cumplir años. Es valorar lo que nos rodea. Entender –al menos tratar de hacerlo- que estamos de paso. Los recursos naturales son finitos y muchos (o todos) necesitan de ellos para sobrevivir. Es formarnos como personas, elegir, pensar y actuar en consecuencia. Instruirnos, dar y recibir lo mejor de nosotros.

  

      Reproducirse: dejar un legado. Continuidad de un apellido, de generaciones que mantienen objetivos, guardan recuerdos, valores y estilos en común. Que nos hace diferentes pero iguales a la vez. Es, volver al principio de la cadena, pero ya no como protagonistas, sino más bien como actores de reparto, donde recordamos aquellas cosas que nos decían nuestros padres. Son las lecciones que la propia vida nos enseña reflejada en pequeñas personas. Es darlo todo por ellos sin pedir nada a cambio, solo necesitamos ver lejos de ellos el dolor. ¿Quién no anhela para sus hijos un mejor futuro?

  

     Morir: un imaginario colectivo es esperar que ese momento sea de grandes, durmiendo y no suframos. No sabremos –al menos por el momento- qué hay después de ella, si hay algo, claro está. Lo cierto es que cada uno de nosotros, no puede augurar ni saber siquiera, cuando le sucederá esto.

  

     Hasta aquí, una introducción. Ahora, ¿por qué en algunos lugares no se cumple este ciclo biológico? A menudo pensamos: “es como tiene que ser porque así es la vida”. Algo está definitivamente mal. Si notaron en las definiciones de arriba, todas, son totalmente egoístas. Muchas veces no vemos lo que sucede delante de nuestros ojos, a nuestro alrededor, cerca, al alcance de la mano o en otros lugares del mundo.

  

      Algunas sociedades más que otras padecen la desigualdad. Pasan hambre, pero de verdad. No como nosotros que nos quejamos porque llevamos pocas horas sin comer. Ellos, vecinos, hermanos, personas al igual que nosotros, por diferentes causas pero relacionadas entre sí, tienen hambre. Sus niños están desnutridos y eso se cobra una  gran cantidad de víctimas mortales. 

     “Pero así es la vida”. Nacer, crecer, reproducirse y morir. Sin embargo, por muchos de ellos, el resto de nosotros estamos decidiendo, aunque parezca una locura. Ésta mirada donde el éxito y dinero se reclaman recíprocamente nos lleva a la lucha de clases, sin entender que hubo pueblos sin pobreza o hambre. Cada uno tenía en sus propias manos, la herramienta necesaria para vivir o sobrevivir. Ésta diferencia de clases, que apareció con el intercambio de mercancía primero, y luego con la aparición de un papel que, en verdad, no tiene valor real alguno, hacen que muchos niños, pasen por alto dos ciclos en la rueda biológica, crecer y reproducirse.

 

     Es hipócrita saber que gente se muere de sed. Es nefasto venerar el dinero, los lujos, las joyas, cuando por mucho menos, podríamos erradicar la pobreza definitivamente. Es entender, como reza una profecía india, “solamente cuando se haya cortado el último árbol, envenenado el último río y sacado el último pez, el hombre se dará cuenta que no puede comerse su dinero”.

 

© 2023 The Journalist. All rights reserved.

@cizaracho
  • Twitter Square
  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
bottom of page