Cristian Iván Zaracho
Octubre 2014
La “Celular dependencia”, una adicción 2.0
Horas dedicadas a mirar una pantalla. A veces es la excusa perfecta para no hacer lo que deberíamos. Las nuevas maneras de estar en contacto con alguien, una herramienta indiscutidamente útil en ciertos casos, aunque altamente adictiva en muchos otros.
Las formas de comunicación mutaron. Era impensado hace tiempo atrás, poder hacer todo lo que hoy se hace con un celular. Todo está allí. La gente se ha vuelto “celular dependiente”. Es común subir a un medio transporte, sentarse (si se tiene esa suerte), sacar el celular y darle cualquier tipo de uso. Leer un libro digital, contestar correos electrónicos, o enterarse de las últimas noticias. Unos pocos leen el diario –el que regalan en los andenes- porque cada vez son menos los ejemplares que se compran en papel.
¿Habrá cura? ¿En algún momento se volverán a preferir las reuniones donde las charlas y las anécdotas sean las protagonistas? Con frecuencia se escucha a la gente mayor frases como “ahora están todo el día con el aparatito ese” o “¿cómo hacíamos antes? Era decir a tal hora nos encontramos en tal lugar, y así pasaba. Hoy se avisan todo, estoy saliendo, recién subo al colectivo, ya casi llego, estoy retrasado”. Las flores que antes eran las preferidas para conquistar a una mujer, junto con bombones, un poema y una sonrisa, ahora viajan por medios virtuales, a través de íconos.
Según La consultora Carrier y Asociados, quien hizo un estudio denominado "Mercado celular argentino", 37 millones es la cantidad de líneas activas en el país. Eso da casi un celular por persona, incluyendo a mayores y niños recién nacidos.* Al parecer, o de acuerdo a esto último, se está más conectado, y el común de la gente lo afirma. Todo pasa por las redes sociales, facebook y twitter son los emblemas de esta nueva época. Tanto es así, que cuando se rompe el celular, se pueden leer (claro, en las redes) frases como “adiós vida social”.
Basta con subirse a algún transporte público. Cada uno va en su mundo “comunicándose” con otros. De hecho, no es para nada extraño ver grupos de estudiantes que, al salir de sus clases, lo primero que hacen es sacar rápidamente sus celulares, eso sí, se comparten todas las noticias, sea para criticar o para comentar algo que pasa “en el mundo real”.
Pareciera ser que, incluso el uso de celular o no, se ha convertido en una forma de medir qué tan bien la está pasando un grupo de amigos. Resulta que un día, unos jóvenes estaban en una entrada madrugada, compartiendo un lindo momento sin pensar si quiera que estaban abandonando a sus dispositivos, hasta que uno dijo: “che, ¿y si hacemos un concurso de preguntados? (aplicación de preguntas y respuestas disponible para dispositivos móviles)” .La respuesta fue “y por qué no jugamos un tuti fruti en parejas, uno escribe en papel y otro piensa”. Tras la aceptación del resto, comenzó el juego. Los minutos se hicieron horas. Las risas se multiplicaron porque siempre hay uno que quiere sacar ventaja. La desconfianza de los otros, las miradas cómplices. Todo en vivo, sin mediación de la tecnología.
*En nota de: http://www.celularis.com/mercado/lineas-celulares-en-argentina/ publicada el 23-03-13.
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